OFICIO DE CHAMPIONS.
El Sevilla logró sacar los 3 puntos de un campo complicado ,como es el Municipal de Vallecas, tirando más de oficio y rigor táctico que de empuje y buen juego.
Un despiste entre la zaga vallecana y Cristian provocó que Bacca aprovechase para marcar el único gol del partido para el cuadro nervionense que le daría la victoria no sin sufrir un asedio asfixiante de los de Jémez durante toda la segunda parte.
El Sevilla y el Rayo llegaban a este partido en dinámicas parecidas de buenos resultados en liga, pero Unai sabía que para frenar un equipo tan valiente como es este Rayo de Paco Jémez, debía partir de una defensa sólida y un compromiso de los jugadores de ataque para aplicarse en tareas defensivas. Destaca en esta faceta el partidazo que se marcó Éver Banega que, turnándose con M'Bia, se encargaron de realizar un marcaje constante sobre Trashorras, inhabilitando así que el juego del conjunto vallecano tuviese la fluidez necesaria para conseguir el gol. Pese a ello, las continuas embestidas del Rayo por parte de los jugadores de banda como Kakuta, Aquino, Quini en sus nunmerosas incursiones por el carril derecho, y Baptistao con sus caídas a las bandas para cogerle la espalda al inusual lateral izquierdo (Diogo), hicieron que el conjunto de Nervión sufriera mucho atrás y acabase embotellado en su propia área en el tramo final del partido.
En el esquema inicial del Sevilla quedó claro que, por delante del doble pivote M'bia-Krychowiak, la labor de los 3 mediapuntas (Reyes, Vitolo y Banega) a la hora de presionar la salida del Rayo iba a ser fundamental en las aspiraciones nervionenses para lograr los 3 puntos, ya que además de que el gol de Bacca llegó gracias a esta presión asfixiante, Vitolo pudo materializar el 0-2 en una ocasión similar de la segunda parte tras una gran combinación entre Bacca y Reyes.
Otro matiz a destacar del partido fue la fiesta vivida en las gradas: tanto por parte de la afición local que llevó en volandas a su equipo durante todo el partido en busca de la remontada, recompensándolo al final con una sonora ovación por el esfuerzo de sus jugadores; como por parte de los aproximadamente 800 aficionados sevillistas desplazados a la capital durante la noche anterior, la mayoría en autobuses que fueron escoltados por la policía nacional para garantizar la seguridad de los hinchas en su estancia en Madrid. Pese a haber sido declarado como partido de alto riesgo, minutos después de haber finalizado el partido, ambas aficiones se dedicaron varios cánticos de apoyo y la unión de las aficiones se podía ver en el viaje de vuelta a Nervión, donde varios seguidores del Sevilla portaban bufandas del conjunto vallecano que habían conseguido tras el trueque de las suyas.
En conclusión se podría decir que fue una mañana alegre para la afición sevillista por los 3 puntos conseguidos y por mantenerse en la cuarta plaza una semana más, y una mañana agridulce para los vallecanos que pese a no conseguir rascar puntos, dieron una buena imagen de un equipo valiente que busca el buen juego por encima de todo y que seguro que nos premiará con grandes tardes de fútbol a todos los que somos amantes del balompié.
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