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domingo, 21 de diciembre de 2014

Otro trofeo en la vitrina blanca

OTRO TROFEO EN LA VITRINA BLANCA.


Llegó el día clave para el Real Madrid. Los blancos buscaban su primer Mundial de Clubes ante San Lorenzo de Almagro y poner así el broche de oro a un año fantástico.
Un título que ya cosecharon en el formato anterior en tres ocasiones con las Copas Intercontinentales de los años 60, 98 y 2002. Los de Ancelotti salieron sin miramientos desde el minuto uno para evitar sobresaltos. Algo que impedían los argentinos con continuas faltas y protestas al colegiado impidiendo que el partido cogiera el ritmo que buscaban los blancos. A pesar de ello, Cristiano tuvo una buena ocasión en los primeros compases con un remate que salió demasiado cruzado.El balón era propiedad absoluta de los blancos, que no conseguían hacerlo corre lo necesario debido a las continuas interrupciones. Los cuervos eran conscientes de que jugar de tú a tú a los blancos era casi un suicidio y se limitaban a frenar a toca costa el partido para llegar vivos a la segunda mitad. El plan parecía funcionarle a las mil maravillas a Edgardo Bauza y los suyos comenzaba a sentirse cómodos en esa tesitura. Los blancos no encontraban a la BBC y las ocasiones llegaban con cuentagotas como una de Benzema que atrapó sin problemas Torrico. El meta argentino también freno una contra finalizada por Bale.

El partido se empezaba a poner feo. Las ocasiones clara no llegaban y San Lorenzo parecía creer en sus posibilidades. Pero entonces llegó la jugada clave. Un centro desde la esquina al corazón del área fue cabeceado a la red por Ramos, colocando una vez más al sevillano en las páginas de oro del club madrileño. Con el marcador a favor San Lorenzo se veía obligado a buscar el empate dejando más espacios a los blancos. La primera mitad no tuvo tiempo para más, salvo para ver la lesión de Marcelo que tuvo que dejar su sitio a Coentrao.

En la segunda mitad se vio como los cuervos adelantaron sus líneas en busca del empate y, al menos, consiguieron rematar en un córner cabeceado alto por Yepes. El juego más adelantado de los argentinos permitió a los blancos encontrar más espacios y así llegó el segundo tanto del partido. Cristiano cedió el balón para Bale, que remató muy centrado pero se encontró con la'ayuda' de Torrico, que falló a la hora de blocar el cuero. El jugador galés volvía a hacer acto de presencia en una final para poner tierra de por medio y dejar el título casi visto para sentencia. El gol fue el mazazo definitivo para los cuervos.

A partir de ahí, el Madrid jugó a placer ante la inoperancia ofensiva de los argentinos. Ni los cambios mejoraron la pobre imagen dejada por San Lorenzo. Se empezaban a gustar los de Ancelotti, que no se conformaban con el 2-0. Cristiano buscaba su gol pero no gozaba de ocasiones claras. Bale se topaba con el larguero en un centro que se fue cerrando y Benzema fallaba una buena ocasión en posición franca tras un centro exquisito con el exterior del jugador galés. El partido fue perdiendo ritmo en gran parte por la poca oposición que ofrecían los hombres dirigidos por Edgardo Bauza.

En el tramo final San Lorenzo buscó el gol con algo de orgullo pero Iker lo evitó en dos ocasiones a sendos remates de Kalinski y Mercier. Los cuervos lanzaron más a puerta en los últimos diez minutos que en todo el partido. El Madrid se limitó a mantener la posesión espera a que corriera el crono hasta el pitido final. Los blancos se elevan a la cima del mundo cosechando su cuarto título del año tras la Copa del Rey, la Champions y la Supercopa de Europa. Este título pone la guinda a uno de los mejores años de la última década y añade el trofeo que faltaba en las vitrinas blancas.

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