Con nueve copas de Europa repartidas entre ambos, Barcelona y Bayern Múnich bañan en plata el cartel de semifinales que les enfrenta el miércoles en el choque de ida en el Camp Nou. Las letras doradas las ponen Lionel Messi y Pep Guardiola, el ex entrenador barcelonista que regresa a su casa para medir fuerzas con su más brillante discípulo.
Messi ganó su cuarto y más reciente Balón de Oro al poco de abandonar el técnico la entidad catalana, y no ha vuelto a celebrar una Champions desde entonces, vapuleado precisamente por el Bayern con global de 7-0 en las semis de hace dos años, luego eliminado en cuartos por el Atlético de Madrid, eventual subcampeón.
"El año pasado fue difícil para mí por lo que pasé fuera de la cancha y las lesiones. Por suerte, este empezó de forma totalmente diferente. Las sensaciones son buenas y estamos tranquilos", explicó el martes Messi, en su primera comparecencia oficial desde 2013. "Aprendí mucho con Guardiola e intenté seguir creciendo cuando se fue. No volvimos a hablar. La motivación es el partido", zanjó el rosarino.
Obviando el presente curso, en que Messi totaliza 51 dianas y 26 asistencias en todas las competiciones y se exhibe como futbolista total, la mejor versión del astro argentino surgió bajo la dirección de Guardiola, quien también cuenta tres títulos europeos con el Barcelona: dos como entrenador, otro como futbolista.
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