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miércoles, 13 de agosto de 2014

Europa vuelve a ser blanca

Anoche el Real Madrid se proclamó supercampeón de Europa ante un muy buen Sevilla comandado por Unai Emery. Dos goles de Cristiano Ronaldo, uno en el minuto 30 y otro en el 49, dieron el triunfo al combinado madridista en la noche de Cardiff. El Madrid salió con su once de gala combinado con los dos fichajes estrellas de este año: Kroos y James Rodriguez (por Xabi Alonso y Di María, respectivamente). Por su parte, el Sevilla salió con las novedades de Denis Suarez, Aleix Vidal y Krychowiak.
El partido, pese a estar en plena pretemporada, dejó destellos de un equipo que a simple vista parece temible. Además de un muy bien plantado Sevilla que dejó pocos espacios al conjunto de Carletto.




Y es que en el Madrid todo funcionó a la perfección. Casillas fue un mero espectador del partido, sacando los pocos balones que le llegaron en la contienda. Carvajal fue un torbellino por su banda, como tiene acostumbrados ya a los aficionados madridistas. Ramos fue Ramos, Pepe fue Pepe. Coentrao empezó timorato pero luego dejó destellos de un talento que ahí está pero que pocas veces sale. Sombreros, tacones, controles de espuela. El portugués tiene claro que esta temporada va a luchar el sitio con Marcelo, para regocijo de los madridistas.
En el centro del campo la estrella absoluta fue Toni Kroos. El alemán, recién llegado, dejó claro que el jefe va a ser él. Siempre asegurando el pase, se ofrecía por todas las zonas del centro del campo, desahogando el juego y cambiando la orientación del mismo cuando fue necesario. Modric sigue a lo suyo, aunque desparecido al principio, volvió a demostrar que el centro del campo madridista no es lo mismo sin él. Y la gran estrella traída de Mónaco este verano, James, pasó desapercibido en su partido inaugural. Se le vieron trazas de supercrack, con pases que descolocaban hasta a sus compañeros, pero aún necesita acoplarse más y pedir la bola.
En la delantera, lo de siempre. Karim, superclase, apareció poco pero siempre determinante. Dio a Cristiano el primer gol y generó peligro cada vez que tocaba el balón. Por su parte, Cristiano empezó el partido algo desaparecido, temeroso de recaer de su lesión, pero poco a poco se animó, marcó los dos goles, y dejó destellos de quién es: el mejor jugador del planeta. Se llevó el premio MVP del partido con todo merecimiento. Y Bale, ¿qué contaros de Bale? Está un paso por encima del resto y se nota. No dejó de correr ni uno de los 90 minutos, y siempre ganaba todas las disputas con los sevillistas. Una bala que este año quiere comerse el mundo, y que de momento va por buen pie.

En el bando Sevillista, el que intentó de todo fue Denis Suarez. El ex de la Masía azulgrana ha venido en principio a hacer olvidar a Rakitic, y la verdad es que ayer dejó trazas de supercrack. Lo intentó de todas las maneras, desquiciando a principios del partido a Coentrao e intentando de todo. Entre él y Bacca crearon el poco peligro que el equipo hispalense llevó al área madridista. Lo mejor del Sevilla, su rigor táctico. Una defensa muy bien montada, un esquema que no dejó espacio a los jugadores de Ancelotti. Unai Emery sabe lo que quiere de sus equipos, y este Sevilla ha dejado trazas de que este año va a estar arriba en la clasificación liguera. 

Al final de la contienda, Iker Casillas levantó la supercopa al cielo de Cardiff y el madridismo volvió a conquistar Europa. La ovación principal fue para Bale, el niño de casa, que hizo un partidazo y que agradeció de mil formas el cariño recibido en su casa. Hay que destacar también el gesto de Xabi Alonso con Platini, negándole con la cabeza cuando fue a recibir su medalla de campeón. No, Platini, lo de sancionarlo para no jugar la Supercopa fue una canallada, lo sabemos todos. 
Pero, lo importante hoy es que el Madrid vuelve a reinar en Europa, y que este equipo, a día de hoy, da miedo. 

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