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martes, 12 de agosto de 2014

Leyendas del Fútbol. "El Mágico" Gónzalez. Oliendo a fresca y verde hierba...




Onesimo: “ el mago es diferente en todos los sentido, desde que le ves aparecer por la puerta del vestuario... y sobre todo es diferente cuando coge la pelota, el mago y la pelota es algo que yo no he vuelto a ver... ”


          "Me han dicho que el amarillo está maldito pa´ los artistas, y ese color sin embargo es gloria bendita para los cadistas." y es imposible hablar del Cádiz y que no aparezca este nombre, supongo que ya saben gran parte de los que leen, a quién me refiero, así que deja de asentir con la cabeza. Y el que no lo sepa, sí! Tú! Presta mucha atención por que esto es una de esas historia tan bonitas, de las de principio de los 8o´.



           Ya lo decía la chirigota Cumpleaños infeliz S.A, allá por 2005, “una escuela de fútbol de Cádiz el único nombre que puede tener, es el de Jorge González” y escuela es la que dejo en Cádiz el Salvadoreño.    
              
Jorge Mágico Gónzalez
            Fama, gloria y figura del Cádiz y de su afición, “El Mágico” llego al club cadista en 1982, después de lucirse con el equipo nacional de El Salvador, en el Mundial del Naranjito.
Y es curioso, por que en principio, “El Mago” nombre con el que le bautizó el comentarista Rosalio Hernández, antes de conocerse en España como “Mágico” , no iba al Cádiz si no al Atlético de Madrid. Pero por ciencia infusas o azares del destino, finalmente Mágico recaló en la Tacita de plata, una Tacita que iría unida a la vida del “Mágico” igual que la vida del “Mágico” a la de la Tacita.

          Mágico dejó muy buenas sensaciones los primeros años, en el que sería, a la postre, su Cádiz , pero cómo no, como todo buen genio, la vida del Mágico estuvo poblada de luces y sombras, las luces en el campo, las sombras en la noche gaditana.
Cuentan muchas lenguas por Cádiz , de la Victoria a la Caleta, que era fácil ver al salvadoreño perdido por los locales y discotecas de la zona, cerrando bares y con vida de “tunante”, que acabarían repercutiendo en su rendimiento en el campo, y más que en el campo en los entrenos, a los que llegaba tarde o no llegaba.


            Esta falta de disciplina del centroamericano provocaron que en la 84-85 cayese en picado y el Cádiz lo cediese a un Valladolid, entrenado por Vicente Cantatore. Según palabras del propio ídolo de los gaditanos “en Valladolid empezó a hacer cosas que no debía, incluso llegando a fugarse a su país de origen. Pero es aquí cuando según el propio salvadoreño el Cádiz enamoró al “Mágico” para siempre, y es que Mágico vuelve al Cádiz , un Cádiz que a palabras del propio Mágico le volvía a tender la mano, un Cádiz , ya no como equipo si no, como una ciudad que supo entender y perdonar al “Mágico”.


           Ya lo decía el Aragón, “oliendo a fresca y verde hierba aparecía por la izquierda un mago de San Salvador”. El Mágico asombraba, asombraba cada tarde en el Carranza a propios y extraños con genialidades de artista, con galopadas, fintas, recortes, controles y lambretas, con la ilusión que era para el Cádiz seguir en primera.

           Todo cadista y bien entendido del fútbol, tendrá aun en la memoria los goles que Mágico, aquellos goles al Barça en liga, y... cómo no... El del Carranza!
O el gol al Racing, uno de los mas bonitos que he tenido la oportunidad de ver, recorte con la izquierda en la frontal, y conducción para irse del primero, uno-dos con un caño mientras sigue recorriendo la frontal en paralelo para irse del segundo, toquecito con la derecha para irse del tercero y, a la altura de la media luna, viendo al portero algo adelantado, tira una vaselina, echando el cuerpo hacia atrás, que se eleva sobre el portero y pega en el larguero antes de entrar, sencillamente sublime.

           Don Mágico González, es sin duda al Cádiz lo que, Camarón a la Música o Platón a la filosofía, Juan Carlos Pedraza, ex del Cádiz decía: “Cádiz y Mágico nacieron para encontrarse” y no es más verdad que, que una vez encontrados fueron casi inseparables. Jorge, pudo ser una estrella, como “el Pelusa” o Cruiff , pero él quería estar en Cádiz , llegando a hacer una prueba mal, con el Atlanta italiano, a propósito, sólo para quedarse comiendo pescaito frito en las Flores.

           150 partidos en el Cádiz , recuerdo imborrable, noches sin dormir, y días durmiendo algo de más, goles que abrían bocas y alzaban pañuelos, jugadas imposible, mas de un escándalo y un Cádiz en primera, es lo que dejo “ Jorge “Magico” Díaz tras sus espaldas, pero sobre todo una cosa , a nadie indiferente.



“Él disfrutaba del fútbol de verdad, en el estadio, en los entrenos y hasta en la calle con los niños gaditanos. El corazón de Mágico era tan grande como sus jugadas cada tarde en el Carranza, en su ser no tenían cabida la fama y el dinero, ”


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