La broma de la LFP no pareció hacerle gracia al conjunto gallego, que jugaba su tercer partido en 6 días. El encuentro nos dejó un 0-1 en el marcador y sensaciones muy dispares en los dos vestuarios.
El Celta termina el año con una racha de cinco partidos sin ganar que a la postre coinciden con la sequía goleadora del equipo, que no ve puerta en Liga desde que dio la sorpresa en el Camp Nou. El Almería por su parte termina el año con una victoria en el estreno liguero de JIM en el banquillo, que precede a la clasificación de los almerienses a octavos de final de Copa, y que como si se tratase de una especie de Santa Claus, ha llenado de ilusión a los suyos.
El partido comenzó con los de Berizzo llevando el juego y la iniciativa, combinando bien en la medular y llegando a puerta con mucha claridad, mientras que el Almería esperaba atrás buscando alguna oportunidad para salir a la contra. La actuación del portero visitante sería decisiva, ya que conseguía atajar una y otra vez las ataque del Celta. Poco a poco, el Almería consiguió frenar las internadas del contrario y en un córner mal sacado por parte de los gallegos, Edgar condujo una contra que con mucha fortuna culminó el israelí Hemed. A pesar del gol, el Celta no desesperó y consiguió volver a crear peligro en la portería andaluza, sobretodo a balón parado. Con esto llegaríamos al descanso, con los celestes dominando y el Almería achicando balones sin encontrar un juego preciso y dominante. La segunda parte sería una réplica de la primera, las ocasiones se sucedían en el área del Almería que realizo realizó un auténtico partidazo en el ámbito defensivo. Julián, portero visitante, se estaba ganando el sueldo con sus paradas y cuando él no llegaba allí estaba el travesaño para desviar el balón, como sucedió en un libre directo ejecutado por Fabián Orellana. Berizzo quería más pólvora arriba para materializar sus ataques y en el minuto 67' daría entrada al internacional Nolito, que concentraría en su banda prácticamente todas las internadas del conjunto vigués. La ocasión más clara llegaría con el penalti de Zongo al hiperactivo Orellana, aunque nuevamente el inspirado Julián iba a detener el lanzamiento de Nolito. Y así sería hasta el final, el Celta consumía sus últimos cartuchos pero los tiros salían por la culata, literalmente, gracias al gran compromiso defensivo del equipo de Juan Ignacio Martínez, que certificaba con éste el decimoquinto '1-0' de su carrera como técnico en primera división.
Con la victoria el Almería sale momentáneamente del descenso, con 13 puntos, a la espera de lo que hagan sus rivales directos. El Celta cierra un diciembre horrible en liga y se sitúa ya en media tabla un poco más lejos de los puestos europeos.
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