La semana pasada, en una entrevista de Marca al presidente del Córdoba, Carlos González, dijo que la copa ya no molaba, que lo que molaba era la liga.
Señor presidente, la copa sigue molando, porque molaba antes de que usted viniera y seguirá molando después de que se vaya.
Señor presidente, la copa sigue molando, porque molaba antes de que usted viniera y seguirá molando después de que se vaya.
La copa es esa competición que, a pesar de estar muy mal diseñada (ojalá algún día sea como la Premier League), hace soñar a todos los equipos pequeños; y el Córdoba es uno de los más soñadores. Momentos como el penalti de Jorge Luque al Racing, la mano de Sesma ante el Deportivo, el día de Reyes ante el Espanyol, la remontada en Anoeta, el Arcángel lleno para medirse al Barça, esos 5.000 aficionados callando al Camp Nou... vienen a la mente cada vez que se escucha la palabra "Copa".
Este miércoles es un día más para seguir haciendo creer que, aunque los que mandan en esto se empeñen en beneficiar a los grandes, la Copa del Rey puede ser una competición bonita y atrayente. El Córdoba tiene que remontar un 1-0 en contra frente al Granada, y el Arcángel tendrá que dar ese plus que le falta al equipo, un equipo que será mezcla entre titulares y suplentes, ya que, a pesar de todo, no es la competición primordial para el conjunto califal.
En cuanto al Granada, viene con ventaja a Córdoba y encima está entrenado por un Caparrós, que no se caracteriza por ir al ataque especialmente, así que se espera un partido largo y aburrido, para qué engañarnos. Tendrá que ser el Córdoba el que lleve el control del balón y salga a remontar el encuentro. Por si fuera poco, a este partido de Copa se le suma el hecho de ser un derbi andaluz entre dos equipos que han tenido sus más y sus menos en los últimos años.
Así que, mañana, a las 22:00, la Copa volverá al Arcángel; y recuerden: ¡La Copa Mola!
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