Segunda derrota consecutiva del Deportivo Alavés (2-0), que no ha opuesto demasiada resistencia a un serio candidato al ascenso como el Valladolid.
Demasiado rival para un equipo que sigue buscándose a sí mismo sin encontrar demasiadas respuestas. Esta vez sólo ha competido un rato, en el arranque de la segunda mitad, cuando ya perdía 1-0, con más empuje que argumentos futbolísticos. Antes, en la primera, el conjunto vitoriano ha permitido jugar demasiado cómodo a un anfitrión de calidad que ha aprovechado su velocidad para romper una y otra vez la zaga de la escuadra albiazul, que por contra apenas ha inquietado la portería contraria. Demasiados minutos de vulgaridad ofensiva para aspirar a rascar algo en un desplazamiento tan exigente, castigada con la sentencia mediada la segunda parte.
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