Granada y Real Sociedad llegaban al encuentro ansiosos de victoria, los unos porque empezaban (y terminan) como colistas el partido, y los otros porque todavía no han conseguido los tres puntos a domicilio en esta liga. El 1-1 final no consiguió satisfacer a ninguno de los dos equipos, que se quedan prácticamente igual que estaban antes del pitido inicial.
Joaquín Caparrós alineó un 11 con ciertas novedades tácticas con respecto a lo que venía realizando, disponiendo un 1-4-3-3 en fase ofensiva, mientras que en fase defensiva los extremos se juntaban más a la línea de interiores, formando un 1-4-1-4-1:
Oier
Nyom Babin Mainz Sissoko
Fran Rico
Iturra Javi Márquez
Foulquier El Arabi Lass
Lo más llamativo fue quizás la alineación de Sissoko en el lateral izquierdo del franco-malí Abdoul Sissoko, que ya había formado en esta campaña como extremo izquierdo y como centrocampista de contención, su posición más idónea. También destacó la disposición del centro del campo nazarí. Fran Rico se situó como mediocentro posicional, suponemos que para mejorar la salida de balón de su equipo, mientras que el chileno Iturra se colocaba como interior. Tiene su sentido, puesto que al ser un jugador físico, de choque, tiene capacidad para ser él quien sale a presionar al medio campo rival. Otro aspecto a tener en cuenta fue la movilidad de los jugadores de banda. Siendo uno de ellos Lass Bangoura no es extraño que vaya cambiando de banda para desconcertar a la zaga rival, pero el otro jugador que partía como extremo en los granadinos fue Dimitri Foulquier, que siempre ha jugado como lateral derecho, salvo esta temporada que lo ha hecho casi siempre como lateral izquierdo. Tras el partido contra la Real, ya ha ocupado los dos carriles, tanto en defensa como en ataque. Polivalente jugador el francés, sin duda.
Por parte de los txuri-urdin, David Moyes alineó un 1-4-2-3-1 más previsible, y algo más rígido que el local, formando en 1-4-2-3-1 tanto para atacar como para defender. Vela volvía a ser el 9 de referencia de los vascos, dejando en el banquillo a los dos delanteros centros del equipo, Agirretxe y Finnbogason. El 11 del técnico británico fue el siguiente:
Rulli
C. Martínez Ansotegui Iñigo Martínez De la Bella
Elustondo Rubén Pardo
Xabi Prieto Canales Chory Castro
Carlos Vela
Al comienzo de la contienda, comenzaron con ganas los locales, encerrando a la Real en su campo durante los primeros quince minutos. A partir de ahí, la iniciativa fue más o menos compartida. No obstante, las mejores ocasiones, aunque tampoco excesivamente claras fueron para los visitantes, haciendo Oier un par de buenas intervenciones en el primer tiempo.
En el minuto 35', Babin agarra claramente del brazo a Canales, el cántabro es derribado, y Martínez Munuera señala penalti. Quien hacía de referencia para los donostiarras, Carlos Vela, manda el balón a la red con una pulcritud propia de un penalti sin guardameta. Poco antes, Oier le había sacado un balón sobre la línea a Íñigo Martínez. Finalmente llegó el 0-1. El Granada siguió intentándolo, principalmente por medio de Lass, que una vez más, mostró sus virtudes y sus defectos en numerosas ocasiones en el mismo partido. Continúa siendo veloz y desequilibrante como el que más, pero por lo general, su nulo acierto en la toma de decisiones acaba exasperando a compañeros y aficionados.
En el descanso, Caparrós daba entrada a Riki por Foulquier, lo que en este partido era un cambio de hombre por hombre, pero que aumentaba la calidad en el costado izquierdo local.
Por parte de los visitantes, ya con el 0-1 se colocaron un poco más retrasados los extremos, pasando a defender con un 1-4-4-1-1. El Granada empezó a volcarse un poco más al ataque, pero sin estridencias, pues tampoco era necesario exponerse en defensa por el momento. Muy pronto, Caparrós volvía a realizar una sustitución, también de hombre por hombre. En esta ocasión fue en la delantera. Se marchaba entre pitos Youssef El-Arabi, y entraba el joven Isaac Success. Los locales comenzaban a poner en ciertos aprietos a la Real. El 0-1 se antojaba insuficiente. Durante más de una hora, hubo un hombre de la Real que mantuvo intacto el resultado, y no fue otro que el joven arquero Gerónimo Rulli. Hizo gala de reflejos, colocación, y una madurez bajo palos quizás impropia de su edad. No fue el típico asedio en el que todo lo que te tiran va a puerta, pero las que sí iban entre los tres palos, las repelía todas. Todas menos una, y apunto estuvo de sacarla también. Al igual que el gol de su equipo, el que encajó él, también fue desde los once metros. En un intento de despeje de Rubén Pardo, el lateral Nyom metió la pierna, consiguiendo que el joven mediocentro impactara contra él, derribándolo y haciendo que el colegiado hiciera sonar el silbato. Música celestial para Los Cármenes, que veían como el tiempo pasaba, y Rulli les privaba del gol que tanto necesitaban. Fran Rico fue el encargado de poner las tablas en el marcador, no sin cierto suspense. El balón entró entre las piernas de Rulli.
El técnico local dio entrada a Piti por Javi Márquez para juntar gente arriba, que salió justo para el lanzamiento de una falta, como si de un partido de juveniles se tratara. El balón no entró, y aunque los granadinos granadinos siguieron intentándolo, y los donostiarras intentaron cazar alguna contra, el marcador no se movió. Finalmente, un partido que sin penaltis hubiera quedado 0-0, y un punto insulso para cada uno.
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